Mapa del territorio mexicano antes del despojo gringo. |
De
1846, hasta 1848, México y Estados Unidos, se enfrentaron en una guerra cuyo
desenlace final, fue la pérdida de una inmensa cantidad de territorios de
México, en beneficio de Estados Unidos.
Las
causas principales de la guerra fueron: la anexión de la República de Texas,
llevada a cabo el 29 de diciembre de 1845 por Estados Unidos, que la convirtió
en su Estado número 28.
El
motivo de esta anexión, fueron las reclamaciones de ciudadanos estadounidenses
contra el gobierno mexicano, que habían sido heridos y sus propiedades
arrasadas, durante los frecuentes enfrentamientos civiles entre liberales y
conservadores mexicanos en aquella época y también, el deseo de Estados Unidos
de adquirir California y Nuevo México (entonces provincias mexicanas), donde se
había creado un grupo autonomista que se oponía a la centralización impuesta
por los conservadores mexicanos a través de las denominadas Siete Leyes, de
1836, y de la consiguiente instauración de la República de carácter centralista
en México.
Aunque
en Texas, no había muchos colonos estadounidenses que habitaran esos
territorios, existía el temor de Estados Unidos, a que cayeran bajo control
británico, o francés
Las
Bases y Leyes Constitucionales de la República Mexicana, conocidas también como
Las Siete Leyes, promulgadas en 1836, conservaron la división de los poderes
nacionales en Ejecutivo, Legislativo y Judicial, pero transformaron los Estados
federales, en departamentos subordinados al gobierno central.
La
libertad y la soberanía que la Constitución de 1824 concedió a los Estados,
fueron suprimidas, por lo que desaparecieron las legislaturas estatales,
sustituidas por juntas departamentales cuya función era servir como consejeras
de los gobernadores, ahora nombrados por el Ejecutivo nacional.
Otro
cambio importante en la organización política fue la desaparición de un número
considerable de ayuntamientos, pues sólo se conservarían los que tuvieran 8 000
habitantes.
El
establecimiento del centralismo modificó importantes aspectos de la conducción
política del país, tales como la restricción del derecho de ciudadanía a los
propietarios, las elecciones, la administración de la hacienda pública y la milicia.
En
noviembre de 1845, el presidente James K. Polk envió al diplomático John
Slidell a México, para negociar una modificación de las fronteras, a cambio de
la asunción por el gobierno de Estados Unidos de las reclamaciones de los
ciudadanos estadounidenses contra México, y también para hacer una oferta de
compra de California y Nuevo México.
Las
autoridades mexicanas rehusaron negociar con Slidell a pesar de su debilidad
interna, fruto del enfrentamiento abierto entre liberales federalistas y
conservadores centralistas y del tesoro exhausto tras la guerra en Texas y la
llamada guerra de los Pasteles, y del hecho de haber sofocado la sublevación de
Yucatán y otros intentos secesionistas en Sonora y Tamaulipas.
Además,
el gobierno mexicano estaba totalmente pendiente de pronunciamientos militares,
de distinto signo, que debilitaban su posición y su cohesión militar.
mapa de las operaciones militares gringas y territorios perdidos |
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